lunes, 26 de agosto de 2019

ASESINOS EN SERIE: ROMASANTA



MANUEL BLANCO ROMASANTA "EL HOMBRE LOBO"

Romasanta

Allariz es un hermoso pueblo ubicado en la provincia gallega de Ourense. En otros tiempos, el único acceso de entrada era el puente románico de Vilanova, que durante el medievo estuvo defendido por los caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén, y que hoy todavía se mantiene orgullosamente en pie.

Cerca de allí, en la aldea de O Regueiro nace, el 18 de noviembre del año 1809 Manuel Blanco Romasanta aunque en sus partidas de nacimiento (se han encontrado dos al duplicar las últimas partidas de un libro parroquial) apareció, hasta su confirmación, con el nombre de Manuela. Se sopecha que este hecho puede ser debido a que Manuela padecía lo que hoy se conoce como síndrome andrenogenital  haciendo parecer un hombre lo que biológicamente era una mujer. 

A la edad de 21 años se casó con la que fue su esposa durante tan solo 3 años, ya que ésta falleció, convirtiendo a Manuel en un joven viudo. 

Manuel, entre cuyos numerosos "alias" se encuentra también el de "buhonero", se dedicó a la venta ambulante y es precisamente, durante sus viajes por el territorio español, cuando comienza su etapa criminal. De hecho, los primeros rumores de que Romasanta es un asesino se empiezan a oír a partir del año 1834. Dichos rumores lo culpan de ser el asesino del criado de un Prior de Castilla. 

En ese mismo año también se sospecha que asesinó a un compañero de camino y de profesión, pues también era buhonero, Manuel Ferreiro, natural de Portugal. 

Pasan diez años antes de que el rastro de Romasanta vuelva a aparecer. En esta ocasión, situamos a Manuel en León, tierra que recorría con una tienda ambulante. Es, concretamente, en Cubillas donde se le ubica, ya que se había prometido con una mujer de dicha localidad. Sin embargo, en vez de pasar por el altar, el que será conocido como el hombre lobo de Allariz, se va huyendo de la justicia perseguido, una vez más, por los rumores de ser el asesino de un alguacil de León (Vicente Fernández) que le buscaba para embargarle la tienda.  

Rebordechau
Manuel Blanco decide esconderse en Galicia en la casa de un amigo de la familia que vivía en Rebordechau, en la provincia de Ourense. La familia que le acoge le tiene gran aprecio. Romasanta, de cortísima estatura (medía 1,37 centímetros) tiene un físico agradable, con unas facciones suaves y aniñadas y un carácter afable y alegre. Siempre dispuesto a ayudar en las tareas del campo, durante los primeros meses en su estancia con la familia de Andrés Blanco, Manuel, se ausentaba durante días o semanas para comprar artículos en Portugal y pasarlos a España de contrabando para venderlos de forma ambulante a su vuelta.

En esta época Manuel conoce a Manuela García Blanco, una mujer separada con una hija, Petronila y un pasado amoroso abultado, teniendo en cuenta los tiempos en los que desarrollaron los hechos. Al poco tiempo de conocerse inician una relación amorosa y también comercial, ya que ella le acompaña como buhonera y comparten ganancias y pérdidas.

Manuela decide vender una pequeña casa que tenía en el lugar y se ausenta por ello unos días, dejando a su hija Petronila al cargo de Manuel. Sin embargo, a su vuelta, su hija ya no está en Galicia. Según la versión de Romasanta, Petronila ha sido enviada a trabajar como criada a la casa de un Párroco conocido suyo a Santander. Manuela, tras unos días de vacilación, decide emprender camino a Santander para ofrecerse también como criada, animada por el propio Manuel, el cual, volvió solo de dicho viaje.

Manuela García Blanco tenía varios hermanos y hermanas y, aunque les da versiones diferentes cuando preguntan por la ausencia de Manuela (a unos les dice que el paradero de madre e hija es Santander y a otros Asturias) no sospechan en un primer momento. Tanto es así que una de las hermanas de Manuela, Benita, confiando en el buhonero, decide emprender camino a Santander para seguir los pasos de su hermana y, separándose de su marido, entrar de criada con su hijo Francisco, en el destino que Romasanta le promete. Unos días más tarde de su partida, Romasanta estaba vendiendo algunas de las pertenencias de madre e hijo en los pueblos de la zona.

Corre el año 1847 y Romasanta, cada vez que vuelve de alguno de sus viajes trae noticias en forma de epístola de parte de las hermanas García (Manuela y Benita) que eran escritas por él mismo porque sabía leer y escribir. Las hermanas, aparentemente, eran felices en su nueva vida en Santander por lo que, una tercera hermana, María, estuvo a punto de confiar de nuevo en el buhonero para emprender el viaje a Santander. Sin embargo, como éste le exigía la venta de sus propiedades (su casa, sus bueyes) decidió no hacerlo para poder dejárselos a su hijo en herencia.

Ya en 1850, Manuel Blanco Romasanta ha entablado una nueva relación amorosa con otra mujer cuya situación era muy parecida a la de las anteriores mujeres. Antonia, vecina de Rebordechau es soltera, tiene dos hijas y un pequeño patrimonio. Finalmente, es también convencida para emprender una nueva vida en una gran ciudad (Santander, Ourense, depende de a quién se le pregunte). Las tierras y bienes de Antonia, aunque una de sus hijas no llega a viajar con ella, quedan a nombre de Romasanta, que pasa a explotarlas en beneficio propio.

María Dolores, hija de Antonia, pasa a vivir con un familiar, más adelante con uno de los hermanos de Manuela García para vivir, finalmente, con Romasanta el cual, un día, se la lleva a vivir con su madre  en 1850 y no se vuelve a saber de ella.

En este mismo año, Manuel Blanco Romasanta se marca como objetivo a otra de las hermanas García (Manuela y Benita ya han desaparecido y María no se ha dejado convencer), Josefa. Esta nueva víctima, madre soltera de un hijo y casi cincuenta años cumplidos, es reticente a la oferta de abandonar su vida en el pueblo. En este caso, Romasanta les convence de lo siguiente: él y el hijo de Josefa, José, de 21 años, viajarán primero y, si le convence, Romasanta volverá a buscar a Josefa. Así lo hacen. Cuando Romasanta vuelve solo lo hace, por supuesto, con una carta de José contándole a su madre las bonanzas en las que viven sus tías (hermanas de su madre). También vuelve abrigado con la capa de José, que vende días más tarde en otra localidad. Durante los siguientes meses Romasanta recibe cartas de José en las que le pide a su madre que se reúna con él, dado que le ha encontrado a ella también un trabajo en una buena casa. Josefa se decide definitivamente a partir en año nuevo de 1851.

 El Buhonero, grabado
Una vez más, durante las siguientes semanas a la partida de Josefa, el buhonero vende en distintas localidades las pertenencias de la última de las hermanas García en emprender su viaje a Santander.

Romasanta, a cualquiera que le pregunta, le dice que se encuentran bien y, aunque los familiares de las desaparecidas no escriben directamente a sus familiares, esto es perfectamente justificable por la época en la que suceden los hechos en las que las cifras de analfabetos era muy alta en la población en general y en las pequeñas localidades en particular.

Las mujeres a las que Romasanta está sacando de las aldeas tienen todas unas características muy similares. Son mujeres que ya no son jóvenes, que cuentan en su haber con matrimonios fallidos y experiencias extra matrimoniales. La mayoría tienen hijos a su cargo, bastardos algunos, huérfanos de padre otros y con una economía incierta. En aquella época era extraño que dieran buenos empleos a mujeres ya mayores y más extraño aún si dichas mujeres  tenían hijos fuera del matrimonio o estaban separadas de sus maridos.

Por este motivo corrían rumores por la zona de que Romasanta  estaba asesinando a estas personas (madres e hijos) para quedarse con sus pertenencias. Sumado a estos rumores, los familiares de las víctimas pronto empezaron a tener noticias de vecinos que habían visto cómo el buhonero vendía en otras localidades las pertenencias de las personas desaparecidas.

Siendo así, Romasanta, ante el clima insostenible del lugar donde habitaba y donde desarrollaba su actividad profesional, se vio obligado a abandonar la aldea solicitando, con un nombre falso, un pasaporte interior para viajar a Castilla en el año 1852.

En el verano de 1852 unos vecinos de una localidad gallega que trabajan también en el pueblo toledano de Nombela reconocen a Romasanta y le denuncian. Tras ser interrogado en primera instancia por el Alcalde y, después, por el juez de la toledana localidad de Escalona y, aunque niega todos los cargos, es trasladado al juzgado de Verín, localidad gallega a cuyo partido judicial pertenece Montederramo, la supuesta localidad de origen del sospechoso.

Licántropo
Cuando es interrogado por el juez de Verín el sospechoso reconoce su identidad y también ser un criminal. En su confesión afirma haber asesinado a las hermanas García Blanco, a sus hijos, y a otras tantas personas. También añade el nombre de dos personas que son cómplices de algunos de los asesinatos, dos valencianos (Genaro y Antonio) que a veces le acompañaban en sus viajes. Cuando le preguntan qué arma (o armas) usaban en sus crímenes llega la parte más sorprendente de la confesión, ya que Romasanta asegura que no usan armas, sino que atacan y devoran a sus víctimas con sus garras y dientes porque, previamente al asesinato, él y sus secuaces (cuando estaban con él) se convertían en lobos y perdían la noción de lo que hacían. Al recobrar la forma humana, cosa que podía ocurrir entre 2 y 8 días tras la transformación, al darse cuenta de lo acontecido, lloraban desconsoladamente. Romasanta afirmaba haber sido víctima de una maldición y llevaba años sufriéndola.

El juzgado de Allariz que es el que lleva el caso investiga el paradero de las hermanas García Blanco y de las otras mujeres desaparecidas y víctimas referidas por el sospechoso, sin encontrar ninguna información sobre ellas, ni muertas ni vivas.

Paralelamente, se solicita una valoración médica del sospechoso que concluye que no padece ninguna enfermedad mental y le considera una persona en plenas facultades, calculadora, previsora, que es consciente de la maldad de sus actos y que se esconde para no ser culpado de los mismos.

En el juicio, aunque su abogado defensor alega que no hay caso al no haberse encontrado ningún cuerpo y que la confesión es obra de una mente enferma, Manuel Blanco Romasanta es acusado de los crímenes de las hermanas García Blanco, de sus hijos y de Antonia y de sus hijas Peregrina y María Rúa. Es decir, es condenado a muerte por garrote vil en el año 1853 por el asesinato de 9 personas. Se encontraban ante un caso de asesino en serie.

Sin embargo, en mayo de ese mismo año, entra el caso en consulta en la Audiencia de A Coruña y, aunque las actuaciones de abogado y fiscal son las mismas que en el anterior juicio, en esta ocasión interviene un médico experto en electro-biología (hipnosis).

Dicho médico, envía una carta en la que indica que sus estudios apuntan a que la licantropía puede haber sido inducida por hipnosis al cónsul español en Argelia y el Gobierno de Isabel II, haciéndose eco de ella, recomienda a la Audiencia de A Coruña estudiar el caso con la ayuda de este experto.
Finalmente, Manuel Blanco Romasanta, también conocido como el hombre lobo de Allariz, o el sacamantecas, es condenado a cadena perpetua por detención ilegal de las personas desaparecidas y, aunque una nueva sentencia le vuelve a condenar a muerte, el acusado ingresa en prisión en 1854, donde se le pierde la pista, aunque hay fuentes que indican que murió en Ceuta, en 1864 de cáncer. 


Referencias
  • "El caso de Manuel Blanco Romasanta, El hombre lobo gallego, desde la perspectiva psiquiátrico - forense actual" Torres Iglesias, Á. y Mariño Ferro, XR. Universidad de Santiago de Compostela. 
  • (https://minerva.usc.es/xmlui/bitstream/handle/10347/4054/pg_325-356_penales27.pdf?sequence=1) 
  • -https://www.lavanguardia.com/sucesos/20190426/461862292269/romasanta-manuel-blanco-hombre-lobo-licantropo-allariz-asesino-en-serie-las-caras-del-mal.html
  • - https://www.abc.es/historia/abci-hombre-lobo-allariz-201804090941_noticia.html IMAGEN 26/08/19
  • https://www.flickr.com/photos/hilariopv/40796782455 IMAGEN 26/08/19
  • https://www.todocoleccion.net/arte-grabados/el-buhonero-bianchi~x12270380 IMAGEN 26/08/19

domingo, 17 de marzo de 2019

ASESINOS EN SERIE: LUIS ALFREDO GARAVITO "LA BESTIA"



LUIS ALFREDO GARAVITO "LA BESTIA"

Luis Alfredo Garavito


Luis Alfredo Garavito Cubillos conocido, entre otros alias, como "La Bestia" es, por el elevado número de víctimas contrastadas, uno de los mayores asesinos en serie del siglo XX en el mundo.

Sus víctimas, niños varones de entre 8 y 14 años, eran siempre elegidos por su condición de niños pertenecientes a familias que pasaban necesidades económicas y que, por este motivo, tenían que estar en las calles trabajando o, simplemente, sin posibilidad de ser vigilados por parte de sus familiares cercanos.

Aunque en algunos círculos, tales como la entrevista que le realizó  Jon Sastiaga en 2016, reconoce que había perpetrado alrededor de un centenar de violaciones a menores, no empieza a cometer asesinatos hasta 1992, concretamente en el mes de octubre. 

Luis Alfredo Garavito tiene en ese momento 35 años de edad. Colombiano de nacimiento, comete su primer crimen de sangre en una zona cercana al pueblo de Truijillo, alejada a unas dos horas y media en coche de su lugar de nacimiento, el pueblo de Génova. En su bautismo de sangre asesina a un niño, mientras le tortura y sodomiza.

Este asesino en serie, como tantos otros, había vivido una infancia complicada. Nacido en el seno de una familia humilde, falta de educación y con pocos recursos, Garavito y sus siete hermanos son testigos del maltrato y los abusos que sufre su madre por parte de su padre así como maltrato en primera persona. Inmersos en una zona de alta actividad guerrillera, la familia tiene que mudarse de ciudad. Para empeorar la situación, el futuro asesino en serie se convierte, según él, en víctima de tortura y abusos sexuales por parte de un amigo de la familia, el párroco del pueblo, a la temprana edad de 13 años.  Sólo 5 años más tarde intenta abusar de un menor y, como consecuencia de ello, es detenido (aunque rápidamente puesto en libertad) y expulsado de su domicilio familiar. 

Luis Alfredo Garavito comienza una vida nómada en la que, según le cuenta en su entrevista a Jon Sastiaga, se gana la vida como vendedor ambulante, aunque en otras entrevistas ha afirmado que se dedicaba también a engañar a la gente vendiendo servicios de brujería. Mientras Garavito recorre el país, entre 1990 y 1999, se suceden cientos de desapariciones de niños y demandas por abusos a menores por todo Colombia, registrando su actividad en un total de 70 localidades por todo el país e, incluso, en el vecino país de Ecuador.

En 1998, en Nacederos, a las afueras de la colombiana localidad de Pereira, se encuentran en una zona de campo, los restos de 14 niños que presentan numerosas heridas producidas por arma blanca lo que parecía indicar que habían sido torturados. Al parecer, Garavito nunca enterraba los cuerpos de sus víctimas, sino que los abandonaba en la superficie de terrenos escogidos para este fin.

Las investigaciones policiales barajaron distintas hipótesis tales como la venganza, una limpieza social o, incluso, crímenes relacionados con ritos de sectas satánicas.

Una vez investigados los cuerpos por especialistas forenses, los resultados apuntan a un único asesino de carácter sexual. Es en este momento que los investigadores empiezan a relacionar estos crímenes con desapariciones y asesinatos de niños de otras partes del país.

En febrero de 1999 se encuentra un nuevo cadáver en la ciudad de Palmira cuya escena del crimen será determinante para la resolución del caso porque, en dicha escena, se encuentran muchos efectos personales de Garavito. Se sospecha que tuvo que salir huyendo de la escena del crimen por verse en alguna forma amenazado, y dejó detrás ropa, dinero, unas gafas y, como siempre, una botella de alcohol de la misma marca que dejaba en las escenas del crimen.

Del análisis de los efectos personales del presunto asesino se obtuvieron datos fundamentales tales como su género, edad o su estatura y, además, se pudo rastrear sus movimientos haciendo un estudio de los billetes encontrados por su número de serie.

A estas alturas, investigadores de todo el país están coordinados en el análisis de más de 140 casos de asesinatos de niños y casi un centenar de desaparecidos y estaban centrados, tras hacer un exhaustivo análisis de los pedófilos de todo el país, en 25 personas. Incluso, llegaron a infiltrar a algunos agentes en las zonas más pobres de las regiones con mayor número de sucesos.

Por fin, gracias a la pericia de uno de los investigadores, se pudo determinar que había habido un caso en 1996 en la ciudad de Tunja que tenía las mismas características que el modus operandi de la persona que estaban buscando. En dicha ocasión, se interrogó a hombre que fue puesto en libertad por falta de pruebas. Esa persona era Luis Alfredo Garavito, el cual estaba en la lista de los 25 sospechosos. El interrogado era natural de Génova y vivía en la ciudad de Trujillo, ambas localidades en las que se habían encontrado cadáveres de niños pertenecientes a crímenes relacionados entre sí.

Las investigaciones forenses se multiplicaron por todo el territorio nacional a la par que las investigaciones de casos anteriores y de los propios sospechosos. En esta fase de la investigación otro hallazgo permitió acorralar un poco más al asesino ya que, analizando el asesinato del niño de Palmira, descubren que el asesino se encontró inmerso en un incendio y se determinó que el asesino tuvo que quemarse durante su huida (de hecho, las gafas que encontraron en la escena del crimen tenían evidencias que indicaban que habían estado sometidas a altas temperaturas). Y así había sido,  el asesino había viajado a Pereira con quemaduras de diversa gravedad que fueron curadas en una farmacia de la localidad. Tras este suceso, se le vuelve a perder la pista.

Es el 22 de abril de 1999 en Villavicencio donde un niño, Ivan Sabogal, aparece semidesnudo pidiendo ayuda a una dependienta de un establecimiento de autobuses. Afirma que ha escapado de un hombre que le estaba torturando e intentando violar. La policía, que conocía su desaparición, da por finalizada su búsqueda y se centra en buscar al sospechoso. Descubren a un hombre en la zona y lo arrestan. Aunque da un nombre falso los investigadores consiguen demostrar que era, en realidad, Luis Alfredo Garavito. Una vez reconocida su verdadera identidad se envía su foto a todos los destacamentos policiales que estaban realizando investigaciones conjuntas. Habían encontrado al mayor asesino y violador de niños de todos los tiempos.

El asesino había documentado sus crímenes por lo que se pudo determinar, junto con sus confesiones, que Luis Alfredo Garavito había asesinado y violado a unos 200 niños y había abusado de unos 100 niños más. 

Recomiendo ver el documental de Discovery Channel sobre el caso en el que se relata, paso a paso, cómo se realizaron las investigaciones. Tiene un alto interés a nivel policial y desde el punto de vista de la criminalística.

Además, para aquellos interesados en la psicopatología y en la psicología criminal, recomiendo ver la entrevista que le hizo Jon Sastiaga en 2016 para su serie de documentales "Tabú".


The Vile Crimes Of Luis Garavito, The World's Deadliest ...
Luis Alfredo Garavito 2016

A día de hoy, Luis Alfredo Garavito se encuentra en un prisión colombiana. Está aislado para protegerlo frente a otros presos y vigilado para evitar que se autolesione o cometa más intentos de suicidio. Su condena llega a su fin y quizá sea puesto en libertad en los próximos años. 





Referencias:

https://citv.es/fichados/luis-garavito-la-bestia/ IMAGEN 03/03/2019

https://www.youtube.com/watch?v=uPb6UedMfOg 03/03/2019

https://www.youtube.com/watch?v=ZJeO7jnhzbM 03/03/2019

https://www.youtube.com/watch?v=95Oc1tHDEMM 03/03/2019

https://allthatsinteresting.com/luis-garavito IMAGEN 17/03/2019